Factores Externos a tener en cuenta en una Jornada de Pesca: Parte II
La Influencia Solunar
Todos los pescadores tienen en consideración la marea antes de salir a una jornada de pesca, pues no es lo mismo pescar con marea alta que con marea baja, las corrientes y el movimiento del mar condiciona los peces a comportarse diferente y lo mismo pasa con el sol, el cual afecta la rutina diaria de los peces, y esta rotación en ambos astros crean algo llamado ciclo de las mareas que se los explicaré a continuación:
Para quienes no sean muy expertos en el tema, cuando hablamos de marea, estamos indicando el nivel del mar con respecto a la tierra, el cual cambia gracias a la gravedad ejercida por el sol y la luna en nuestro propio planeta.
La marea alta también llamada Pleamar señala la altura máxima a la que puede llegar el agua, mientras que la marea baja o baja mar demuestra lo contrario, estas se rotan de manera periódica y casi religiosa contando unas 6 horas entre una y otra, lo cual indica que en un día se experimentan dos mareas altas y dos mareas bajas.
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Los periodos intermedios entre ambas medidas se llaman llenantes cuando pasa de baja a alta, y vaciantes cuando es al contrario, también se le llama flujo al ascenso del mar y reflujo cuando el mar desciende.
Los pescadores por otro lado miden la altura que alcanza la pleamar y la bajamar de acuerdo al ciclo lunar, y a eso se le llama coeficiente o grado de marea, en estos términos encontramos la marea viva de conjunción que ocurre en luna nueva, y la marea viva de oposición que ocurre en luna llena, de igual modo la marea muerta, baja o de cuadratura es aquella que ocurre durante los cuarto creciente y menguante.
La marea viva acompañada de temporales hará que la pesca sea más difícil en alta mar, no obstante podría ser lo opuesto si se pesca en muelle o en la playa, ya que la marea arrastra el alimento de los peces hasta la orilla. Algunos pescadores mantienen que la pesca puede ser muy productiva en luna nueva durante el periodo llenante que irá atrayendo cada vez más peces. Otros prefieren tener la luna llena en el cielo para iluminar mejor el agua, mientras que los profesionales sostienen que el alba activa a los peces y se debe madrugar para tener una excelente pesca. Aunque durante las mareas bajas o muertas se puede observar más claridad y menos corrientes, no muchos se decantan por pescar bajo esta influencia.
No hay reglas absolutas pues las mareas, como estamos observando, no son el único factor externo a tener en cuenta, lo que a unos les puede resultar muy bien para otros puede ser pésimo, lo que puede arruinar o favorecer tu jornada depende del tipo de pesca, la especie que busques, el perfil litoral y el equipo implementado, así que no dejes de echarle un vistazo al resto de los factores que hemos estado explicando.
Amanecer y Atardecer
El dilema más discutido entre los pescadores durante mucho tiempo ha sido la rivalidad entre el alba y el ocaso, el cual forma parte del tema anterior pues tiene que ver con la luna y el sol.
Los pescadores profesionales rara vez se les ve pescando al atardecer, la mayoría está preparándose desde las 4:00 am para llevar su embarcación al agua en el momento en que el sol surge por el horizonte, dándoles la oportunidad de atrapar a los peces que han comenzado a cazar alimento a esas horas. No obstante otro tipo de pescadores prefieren la puesta de sol para salir de pesca ya que los peces también se encuentran muy activos cuando el sol se va hundiendo en el mar.
No cabe duda que el amanecer tiene cierto atractivo mágico, como la soledad, la tranquilidad y las aguas descansadas, no obstante otros prefieren pasar de largo la aventura de levantarse temprano y dejar que la caída del sol los recompense con un buen pescado para cenar.
Lo cierto es que más allá de creencias populares o rutinas preferidas, las especies marinas se comportan diferente en presencia o ausencia del sol, la mayoría reacciona favorablemente con la luz, porque son criaturas diurnas, pero existen criaturas nocturnas que serán más fáciles de atraer una vez que el sol descienda.
Además de la iluminación, el sol también aporta calor, influyendo en la temperatura del agua y por ende en el comportamiento de los peces que tienen un metabolismo hipersensible a ella y que no soportan los cambios bruscos de temperatura, así que se anticipan y buscan ciertas profundidades para buscar la temperatura que mejor se adapte a sus necesidades biológicas, lo cual nos pone en tremenda desventaja si no estudiamos con cuidado el perfil de la especie que intentaremos pescar y la temperatura del agua.
El sol aunque ofrece calor tarda bastante tiempo en calentar el agua, así que aunque estés en pleno medio día el agua se puede sentir fría, mientras que es en las tardes cuando se siente la tibieza, lo cual es un factor determinante si aún no sabes decidirte por el alba o el ocaso.
Dependiendo de la zona y la estación, la temperatura elevada representa un factor favorable o desfavorable, si no es muy elevada la noche atrae a muchas criaturas marinas para comer, siendo así el ocaso un abrebocas para comenzar la cacería, pero cuando la temperatura es desagradable los peces optan por alimentarse activamente al alba antes de sumergirse a grandes profundidades para regular la temperatura.
En términos generales estos son los factores que debes tener en cuenta:
Luminosidad del medio: La oscuridad es la herramienta de los moluscos y criaturas pequeñas, para poder comer resguardados y evitar que sus depredadores los capturen, por lo cual si nosotros que queremos capturar a esos depredadores, la noche no será un buen momento, a menos que utilicemos una carnada muy llamativa, pero aun así estos están reacios a cazar en la oscuridad.
La calma del agua: Cuando no hay personas ni mucha actividad en las orillas los peces se sienten más valientes a la hora de buscar mariscos en los alrededores, lo cual represente una gran oportunidad para pescadores solitarios y tranquilos.
El clima: No importa si es de día o de noche, cuando las condiciones meteorológicas cambian drásticamente, lo hace también la iluminación, la temperatura y la calma del agua, echando fuera de borda cualquier concepto que hayamos estudiado, así que ten en cuenta que todo eso altera de forma repentina e impredecible el comportamiento marino.
Las Estaciones del año
Aunque en el caribe las estaciones del año no existen y solo se ven afectados por la lluvia y la sequía, en cualquier otro lugar del mundo estas pautas sí que modifican las rutinas de pesca.
Existen 4 estaciones que tienen un periodo de duración de tres meses cada una, la primavera, el verano, el otoño y el invierno, las cuales se producen de acuerdo al eje de traslación de la tierra, afectando la temperatura, el clima, las horas de sol y las mareas, por ende aunque tienen muchas similitudes, la estaciones nunca son iguales de un año a otro, algunas condiciones pueden ser favorables y otras no, es decir, lo que hace unos años pudo haber dado resultado, puede que ahora ya no funcione, o por el contrario lo que se pensaba que jamás funcionaría podría traer buenos resultados en años siguientes.
En invierno la temperatura es fría
En verano la temperatura es cálida
Primavera y otoño ofrecen climas templados.
El cambio de temperatura provoca la migración de las especies, haciendo que encontremos más o menos especies en ciertas regiones, por otro lado esto también determina los ciclos reproductivos, que afectan la cacería normal de alimento, afectando de forma positiva o negativa nuestras jornadas de pesca.
Lo que funciona en una estación puede cambiar drásticamente a la siguiente, por ejemplo, si los peces subían a ciertas horas para entrar en aguas más calientes, podría cambiar si el calor lo encuentra en una profundidad media, haciendo que tengamos que cambiar nuestras técnicas de pesca, no obstante aquellos peces que no se acercaban a la orilla en verano, en invierno aparecerán como por arte de magia.
Las estaciones templadas, el otoño y la primavera, son las más estables del año el clima en ambas es parecido, pero sigue siendo frio a ciertas horas, dejando que las tardes y las horas nocturnas favorezcan las jornadas de captura, ya que en estas dos estaciones el metabolismo de los peces se regula y es más común entender su rutina y beneficiarnos de ella.
Exceptuando el verano, el resto de las estaciones se ven favorecidas a partir del mediodía, pues el extremo calor produce que la mayoría de las especies se sumerjan cuando el sol está en la cúspide y calienta el agua, no obstante para quienes pescan a grandes profundidades esto puede significar unos meses de buena pesca.
Cuando el calor es muy sofocante para la vida marina, las horas del amanecer son esenciales para apreciar la actividad marina y tener mejores resultados, pues los mariscos están muy activos a esta hora y son el alimento perfecto para comer con voracidad antes de sumergirse a las profundidades con escasez de alimento.
El otoño es una época de engorde para los peces, instintivamente se están preparando para sobrevivir al frio y eso los empuja a comer más activamente, lo cual los hace victimas voraces de nuestras carnadas, favoreciendo las jornadas de pesca, así que aprovecha para ello los bancos de arena y los pesqueros de bajo fondo que estarán rodeados de buenas presas.[/sociallocker]
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